Qué es la poesía

 La poesía es arte que se expresa con palabras



El lenguaje se produce de una manera viva y espontánea, pero cuando se depura dentro de la belleza esencial del idioma, cuando consigue armonizar la idea con la forma de expresarla, puede decirse que es un lenguaje poético.

A través de la poesía, el poeta hace que los demás participen de sus sentimientos, de sus impresiones, de un determinado estado emocional.
Para ello dispone de dos medios fundamentales: el contenido del poema y la expresión poética.
El contenido es la motivación, el sentimiento, la emoción o circunstancia que el poeta quiere hacernos compartir.
La expresión poética es la forma de conjugar el lenguaje, sus posibilidades, su musicalidad, su armonía, su inventiva.

Todo ello se halla supeditado a tres factores: la medida, la acentuación y la rima



La medida:

Cada composición poética está formada por estrofas o grupos de versos. Puede ser también una única estrofa o sucesión ininterrumpida de versos.
Se llama verso a cada una de las líneas que constituyen el poema.
Cada verso se halla sujeto a una medida silábica, es decir, a una cantidad de sílabas que determinan su denominación. Se llaman versos bisílabos, trisílabos, pentasílabos, hexasílabos, heptasílabos y octosílabos, a los versos de dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho sílabas, respectivamente. 
Los versos pertenecientes a este grupo son los llamados de arte menor.
Los versos de arte mayor son los; eneasílabos, o de nueve sílabas; los decasílabos, o de diez sílabas; los endecasílabos, o de once sílabas; los dodecasílabos, o de doce sílabas; los tridecasílabos, o de trece sílabas, y los alejandrinos, o de catorce sílabas. Los versos de quince o más sílabas apenas se usa en la poesía española tradicional.

La acentuación:

Además del acento prosódico, existe también el acento rítmico que, en el verso, domina a los demás. Las sílabas que lo llevan se llaman dominantes. Del mismo modo que no existen palabras sin acento prosódico, tampoco existen versos sin acento rítmico.
    En un endecasílabo heroico, por ejemplo, las sílabas dominantes estarán colocadas en el sexto y décimo lugar:
            Un soneto me mánda hacer Violánte... (Lope de Vega)

Aquí las sílabas dominantes se han acentuado convencionalmente para una mejor comprensión. Leyéndolo en voz alta se entenderá fácilmente que es el acento rítmico.

El endecasílabo italiano llevará las sílabas dominantes en el cuarto y octavo lugar:
    ¡Oh dulces préndas, por mi mál halladas... (Garcilaso)

Debido a la diferencia de acentuación, el ritmo de uno y otro verso es distinto.

La medida de los versos varía según la acentuación de las palabras finales. Cuando la última palabra es aguda, el verso tiene una sílaba más; cuando es esdrújula, una sílaba menos. Por ejemplo, estos versos son octosílabos a pesar de que el segundo tiene una sílaba menos: 
        
    Rosa fresca, rosa fresca,
    tan garrida y con amor... (Romancero)

Al ser amor una palabra aguda, el segundo verso pasa a tener también ocho sílabas. Si, por el contrario, la última palabra fuera esdrújula, como sucede en el segundo de estos dos versos:

        Las olas dejan sus ramos
        sobre las arenas húmedas... (Anónimo)

Se considera también octosílabo.

La rima:

La rima puede ser perfecta o consonante, o bien imperfecta o asonante.
Rima perfecta o consonante es aquella que, desde la última vocal acentuada, tiene todas sus letras coincidentes con las de otros versos. En la estrofa que va a continuación podéis ver cómo el primer verso rima de esa forma con el tercero y el segundo con el cuarto:

        Dichosa soledad, monte sagrado,
        sosegada mansión de la grandeza:
        en ti vivo gustoso y descuidado;
        aquí me sirves con mayor riqueza... (Torres Villarroel)

En cambio, rima imperfecta o asonante es aquella otra en la que sólo las últimas vocales son coincidentes. Esta rima afecta únicamente a los versos alternos, dejando sin rima a los otros. Por ejemplo:

        Río de Sevilla,
        ¡qué bien pareces
        con galeras blancas
        y remos verdes! (Lope de Vega)

Son también muy frecuentes, y más aún en la poesía moderna, los versos denominados blancos y libres.
Son versos blancos los que no están supeditados a rima alguna, pero sí a una medida y a una acentuación. Fijaos en estos cuatro versos, son endecasílabos blancos:

        Y sin embargo sé que Te he negado
        en muchas horas; sé que todavía
        Te he de negar quizás y que Tu sombra
        me habrá de vigilar desde la altura. (Carlos Bousoño)

Los versos libres, son los que no se rigen por ninguna regla, es decir, que no se supeditan ni a la rima, ni al acento, ni a la medida:

        Ni una palabra
        brotará de mis la-
        bios
        que no sea
        verdad.
        Ni una sílaba
        que no sea
        necesaria... (Blas de Otero)


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